Seguramente cuando alguien vea el título de esta entrada y sepa que estoy hablando de «Shantae», la saga de juegos de Wayforward, pensará que estoy diciendo que los juegos están bien pero no son para tanto o algo así… cuando no deja de ser una burda traducción del último juego de la heroica y mágica bailarina de cabellera letal: «Shantae: Half-Genie Hero».
Siendo sincero, Shantae es de esos personajes que sabía que existían, pero por alguna razón habían caído en el olvido hasta que Wayforward sacó el crowdfunding para traerla de vuelta…
… aunque en realidad traerla de vuelta no es al 100% correcto porque «The pirate’s curse» estaba a la vuelta de la esquina.
Más bien se puede decir que con «Half-Genie Hero» querían apostar por algo más que reciclar sprites para una nueva aventura, y que la medio-genio defensora de Scuttle Town tuviera un lavado de cara en general.
Pero antes de nada, repasemos su historia… y mi paso por jugar los juegos anteriores a la nueva entrega.
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Corría el año 2002 cuando apareció el primer juego, simplemente llamado «Shantae». De madre genio y padre humano, Shantae se siente insegura por ser solo semigenio y viviendo con el miedo a que su pueblo adoptivo, Scuttle Town, la rechace por no ser genio al 100%. Ante la amenaza de la pirata Risky Boots y su banda, los Tinkerbats, Shantae acaba armándose de valor y poniendo su larga coleta al servicio del bien para salvar el reino de Sequin Land, a sus amigos y a su tío Mimic. Aquí es donde también conoceremos a Bolo, el aprendiz de aventurero; a Sky la cetrera y su águila Wrench; y a Rottytops, la zombi itinerante.
Aquel primer juego, de Game Boy Color, estaba bastante constreñido a las especificaciones y la pantalla de aquella máquina, y sus controles no eran siempre fiables. A pesar de ello, el primer juego de Shantae utilizaba sus limitaciones muy bien, con animaciones fluidas, personajes de tamaño considerable, un buen uso del color (sobre todo en el cambio de día y noche), música pegadiza y no dejándose intimidar por lo pequeño de la pantalla de GBC. El juego sigue la estructura clásica de los ‘metroidvania’ de caminos que llevan a intrincadas mazmorras donde conseguir nuevas habilidades y derrotar enemigos finales.
Y así acaba siendo bien divertido, con su peculiar humor a veces ‘meta’, y un ‘metroidvania’ más sencillo en comparación con lo habitual del género, pero no por ello malo… si quitamos esos controles que a veces no te dan toda la seguridad que quieres.
A eso añadir el sistema de transformaciones, ya que Shantae, usando su magia y sus habilidades con la danza del vientre, no solo puede lanzar hechizos ofensivos, también es capaz de teleportarse a distintas ciudades y, lo más habitual, convertirse en distintas criaturas (mona, elefanta, araña y arpía) para solventar varios obstáculos. Así, la transformación en mona permite saltar más alto y trepar, mientras la elefanta utiliza su embestida para abrirse paso.
Aunque son parte clave de la jugabilidad, dichas transformaciones eran muy específicas en el momento de usarlas, vamos, que no es que estuvieran del todo aprovechadas fuera de los momentos obligatorios, por así decirlo. Y es una lástima debido a su potencial a la hora de explorar y encontrar modos alternativos de pasarse el juego.
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La continuación del juego, un tanto tardía y tras varios proyectos cancelados, llegó para Nintendo DS en 2010, recibiendo para otros sistemas desde 2013 una versión «Director’s cut». En «Shantae: Risky’s Revenge», una Shantae más confiada cree que podrá detener de nuevo a Risky Boots y recuperar una lámpara que podría darle un poder terrible. Aquí también se nos presenta a tres nuevos villanos, tres de los Barones de Sequin Land (Squid, Hypno y Ammo), que poseen unos sellos mágicos para detener a Risky y la lámpara.
El juego es bastante continuista en cuanto al sistema, aunque con el simple añadido de un inventario intuitivo junto a unos controles mejorados ya pone a este juego por encima de su antecesor, y no solamente por aprovechar la mayor potencia y la mejor resolución para que el juego luzca con una gama cromática muy agradable. La exploración también resulta más amena tanto en lo que es el mundo en sí como las mazmorras, aunque hay momentos en que se tiene la sensación de que que el uso de las transformaciones (en esta ocasión, solo tres: mona, elefanta y sirena) está desaprovechado, y muchos secretos los puedes pasar por alto porque el juego no te anima a utilizarlas más allá de puzles concretos.
Lo que es una lástima (de nuevo), porque es un juego divertido, y sin embargo le pasa lo mismo que en el anterior: las transformaciones tienen gran potencial, pero no te dan pequeñas pistas para darles todo el uso que merecen y eso resulta, en ciertos momentos, decepcionante.
Para terminar, en mi opinión, tanto a nivel argumental como jugable, acaba siendo algo anticlimático (a excepción de una sección que es todo un emocionante homenaje a los shoot’em up), pero su tramo final nos demuestra que no todo puede acabar con un final plenamente feliz. Y es que no confiar en tus amigos puede ser peligroso…
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2014 sería el año en que aparecería en Nintendo 3DS (y siendo llevado a varias plataformas más tarde) «Shantae and the pirate’s curse», continuación directa de la venganza de Risky Boots, luciendo mucho mejor que su predecesor pese a que ambos compartan una gran cantidad de sprites. Sin embargo, eso es lo único que más o menos se mantiene, porque por cómo acabó el anterior juego, las mecánicas del juego están obligadas a cambiar…
Y «The pirate’s curse» agradece muchísimo estos cambios. Aparte de ser más largo y más difícil (aunque no demasiado), resulta ser mucho más divertido que sus antecesores. A pesar de que ya no haya magia, Shantae y sus nuevas habilidades usando los objetos perdidos de Risky Boots abren nuevas posibilidades de exploración y, con ello, aparecen nuevos retos que hacen que su componente de ‘metroidvania’ destaque más (y eso que abandonamos el mapa donde todo está conectado por islas donde cada una es su propia mazmorra) mientras ayudamos a Risky, en una frágil alianza, a evitar el regreso del temido Amo de los Piratas.
El juego favorece mucho esa exploración gracias a que esta vez sí tengamos bien claro que debemos usar las nuevas habilidades de Shantae no solo para superar puzles, sino también a la hora de buscar secretos. Uno de los mejores incentivos está en las luchas contra los jefes finales, que te obligan a sacar partido a cada nueva habilidad que obtengamos. Y el hecho de que al obtener una habilidad nos veamos obligados a usarla para salir de un aprieto también, o que el juego nos invite a recordar localizaciones antes inalcanzables que gracias a los nuevos trucos podemos visitar.
Más aventura, más emoción y muchas islas distintas que nos permiten disfrutar de nuevas localizaciones que nos sacan de la monotonía de desiertos, bosques y mazmorras, aunque de estos aún tenemos unos pocos. Y un intenso combate final que nos prepara para nuevas emociones…
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Emociones que llegan, por supuesto, con «Shantae: Half-Genie Hero». Y aquí tocará explayarse mucho más, claro.
Y lo primero que llama la atención es el aspecto gráfico. El salto es impresionante, y aunque «The pirate’s curse» ya ofrecía un adelanto de lo que podríamos encontrarnos pese a los píxeles sacados de «Risky’s Revenge», «Half-Genie Hero» es un cambio tan impresionante que sorprende que Wayforward haya conseguido semejante evolución. Y, esta vez sí, sin poder evitar caer en ciertas comparaciones, se parece mucho a lo ofrecido en su vídeo de presentación para Kickstarter, e incluso se puede decir que se ven algunas mejoras, aunque hay que afinar el ojo.

En medio de ninguna parte, la ciudad de Scuttle Town… *insertar música de Monkey Island*
Al igual que con «Ducktales Remastered», «Half-Genie Hero» combina personajes en dos dimensiones con fondos en 3D. En Wayforward han tomado apuntes sobre esto último, ya que aunque los gráficos de la aventura remozada del tío Gilito conseguían al final que los fondos se integraran, al principio el choque entre 2 y 3 dimensioens era inevitable. Ahora no es así, y desde el primer momento los gráficos son un todo. También ayuda en parte el hecho de que los personajes también tienen un ligero toque 3D que permite esa integración de forma más natural.
Y cómo no, seguimos teniendo unos personajes coloridos que se han adaptado a la nueva generación con toda su gracia y carisma y fluidez. Lo que en general hace que incluso en sus fases más tenebrosas, el juego sea muy agradable a la vista.
Hablando de agradar a la vista, he evitado hablar de esto con respecto a los juegos anteriores, pero es evidente que el vestuario de las numerosas mujeres que salen en este juego… bueno…
Sky, ¿tanto calor hace?

La fresca brisa del océano… claro, Sky… igual si no llevaras la tripa al aire…
Supongo que sí…
Risky, ¿puedes enseñarnos tu uniforme de Reina de los Siete Mares, por favor?

Por cierto: eso que lleva en el pecho es la cara del Amo de los Piratas. Sí: lleva la cabeza de su antiguo jefe de sostén.
… gracias…
… y ni qué decir que hay una enemiga final, Giga Sirena, que es básicamente una sirena gigante que no gasta mucho en ropa…

El ataque de la exhibicionista de demasiados metros
… En fin, hay cosas que puedes disfrutar pese a que reconozcas sus elementos más problemáticos… Ejem…
La saga en general es muy autoconsciente de ello, aunque con Shantae uno pueda excusarse (o no) en la danza del vientre, y esta autoparodia de lo sexy es más evidente en otros que en este juego, pero sí, son conscientes de que no son trajes de lo más prácticos. Al final, por fortuna, estos personajes te ganan por su personalidad y su carisma, y muestra de ello son sus ingeniosos diálogos… y sus absurdos diálogos también.
Bien, cambiemos de tema… ¿Qué tal el sonido?
La música de la saga en general luce a un gran nivel, y «The pirate’s curse» puso el listón muy alto, entre las remezclas de anteriores temas como el de Scuttle Town, y las nuevas melodías. Y… ¿»Half-Genie Hero» está a la altura?
Ya para empezar tenemos a la genial Cristina Vee no solo poniendo voz a Shantae en este juego (igual que ya hizo en los breves momentos hablados de «The pirate’s curse»), sino también cantando el temazo principal del juego, «Dance through the danger», que se escucha nada más empezar a dar caña a los Tinkerbats que, una vez más, atacan el reino:
Y la música en general está muy bien. No se puede negar que en Wayforward tienen mano para las bandas sonoras y esa mezcla de música electrónica y melodías de inspiración árabe siguen siendo una delicia, aparte de que en algunas secciones, especialmente en la sección de la fábrica de las Cataratas de las Sirenas, la música parece sacada de algún videojuego de principios de los 90, al menos en lo que a ritmo se refiere. Se convierten en esas melodías que no dejas de tararear.
Y algunos temas clásicos vuelven, y remezclados… aunque los combates contra los jefes tienen una nueva melodía que está bien, pero queda en mi opinión por debajo del tema clásico, cargado de adrenalina y arabismo.

Hay remezclas muy buenas en el juego, pero buscad la de Burning Town. Para mí es la mejor versión de los cuatro juegos con diferencia.
Y como he mencionado anteriormente a Cristina Vee, la voz oficial de Shantae, uno se preguntará si los diálogos están doblados. Realmente no y solo son algunas frases y nombres (y el más avispado se dará cuenta de que hay material reciclado de «The pirate’s curse»… ¿o es porque ambos juegos comparten el mismo material que ya estaría grabado con antelación? no sería de extrañar), aparte de que solo los personajes femeninos tienen algunas líneas leídas y son todas de la propia Vee (eso sí, muy buen trabajo el suyo, especialmente para diferenciar a Shantae de Risky hasta el punto de hacerme pensar que a Risky la doblaba otra actriz).
Por el resto, en materia de sonido, junto a algún que otro efecto nuevo, a modo de homenaje a la saga se mantienen algunos sonidos clásicos, como el curioso rechinar que hace Shantae al avanzar agachada. Cumplen su función y, para quien conoce los juegos anteriores, no desentona en absoluto.
Bueno, ya que habéis llegado aquí, supongo que toca hablar de lo que interesa: jugabilidad. ¿Es divertido? ¿Qué mejoras añade? ¿Supera a «The pirate’s curse», está más o menos igual o se queda por debajo?
Como en los juegos anteriores, Scuttle Town sigue siendo nuestro centro de operaciones. Desde aquí podemos comprar objetos, sanarnos, guardar…

Por lo general es una ciudad tranquila… menos cuando ataca Risky… y eso sucede muchas veces.
Esta vez para desplazarnos tendremos la ayuda de Sky y su águila Wrench. De esta manera, iremos paseando por distintos lugares de Sequin Land en busca de materiales para la máquina que Mimic está construyendo y que pondrá fin a las fechorías de Risky Boots, al tiempo que nuestra medio-genio ayuda a los más necesitados.
El cambio más notable es el de la estructura del juego en sí. En vez de un mundo abierto con sus mazmorras, o islas que actúan como mazmorras, el juego se divide en capítulos, cada uno con tres o cuatro secciones que hacen que el juego sea más lineal. Contiene los suficientes secretos para tomar pequeños desvíos y romper con el clásico «ve desde el punto A al punto B», si bien la frontera entre un ‘metroidvania’ y un plataformas más tradicional se difumina. Y eso afecta más de lo que parece, y lo comentaré más adelante, cuando toque una de las habilidades de Shantae en el juego.
Los controles responden perfectamente, y aunque el juego tiene momentos de no perdonarnos la más mínima, por lo general no habrá demasiados problemas. Tal vez para más de uno el juego resulte demasiado fácil. A mí me ha parecido más fácil que «The pirate’s curse» y en cierta manera la saga no es exageradamente difícil. Hacerse el 100% del juego requiere más tiempo que corazones perdidos.

¡Horas para conseguir todos esos corazones y aún me asustan las malditas gelatinas sexis!
Esta consecución del 100% no es demasiado complicada, ya que las misiones del juego nos dejan claro que necesitaremos una buena cantidad de objetos y habilidades para seguir avanzando. El inventario, que se divide en consumibles, bailes, reliquias (los objetos que nos dan nuestros poderes) y objetos clave nos servirá más de una vez para cerciorarnos de que vamos por buen camino. Y siempre está bien comprobar que tenemos todas las llaves de la galería de arte…
Y hablando de habilidades, pese a las variaciones, el juego tiene un sabor añejo, cercano a los dos primeros títulos, algo más «clásico», lo que implica el regreso de los bailes y, más concretamente, las transformaciones. Disponemos de muchísimas más transformaciones, con algunas de regreso y otras bastantes nuevas:
- Mona: una transformación clásica. Permite trepar y saltar más alto. Su habilidad especial permite lanzarse desde una pared como un misil.
- Elefanta: otra transformación que vuelve. Con su embestida puede romper ciertas paredes. Su habilidad especial permite un pisotón que puede romper bloques especiales.
- Murciélago: una de las nuevas transformaciones, permite volar en horizontal. Su habilidad especial es un sonar que, por desgracia, solo funciona en un sitio.
- Cangrejo: otra transformación nueva, será nuestra primera posibilidad de explorar las profundidades marinas. Su habilidad especial es usar las pinzas para cortar algas o dañar enemigos.
- Arpía: una transformación que no aparece desde el primer «Shantae» y que permite un vuelo más o menos libre. Su habilidad especial usa las plumas como arma arrojadiza.
- Sirena: reaparece tras «Risky’s Revenge», permitiéndonos bucear libremente. Su habilidad especial es una burbuja que destruye enemigos y bloques subacuáticos por igual.
- Draña: en vez de ser una araña normal, la transformación arácnida es mitad humana, mitad araña, y permite colgarse del techo. Su habilidad especial es un escupitajeo de ácido.
- Ratona: esta nueva transformación permite a Shantae colarse por los huecos más diminutos. Su habilidad especial le permite defenderse de los minúsculos enemigos que pueda encontrarse.

¿No es una monada la mona? :3
A diferencia de en «Shantae» y «Risky’s Revenge», sí se siente que estos bailes tengan su utilidad. Facilitan volver a explorar las diferentes localizaciones… pero de una forma muy desigual. Así, las transformaciones de mona, elefanta, arpía, cangrejo y sirena son muy útiles fuera de situaciones muy concretas, mientras que el murciélago (especialmente con su habilidad de sonar) o la ratona son demasiado circunstanciales. Mención especial a la draña, tal vez la transformación más inútil del juego, ¡qué digo del juego!, de toda la saga, y que solo he usado un par de veces y por obligación.

La draña solo nos servirá en dos ocasiones: una mini-fase donde obtener un objeto para el Barón Techno… y un logro de matar a escupitajos a otra draña.
Existen algunas transformaciones especiales también, aunque su propósito parece más orientado a conseguir el 100% del juego que en ser realmente útiles:
- Dríada: da fruta que regenera vida, a costa de usar magia.
- Pez globo: causa daño al rebotar con los enemigos.
- Vasija: a cambio de magia, puedes ganar dinero extra.
Aparte de las transformaciones, también tendremos tres bailes especiales: una danza que nos sanará a cambio de poder mágico; una explosión que causa una gran cantidad de daño a costa de un buen cacho de magia; y un baile que nos permitirá avanzar a zonas ya completadas de la fase en la que estemos.
Este último baile es muy útil cuando volvamos a explorar las distintas fases, y aquí es donde se ve cómo afecta la estructura episódica a «Half-Genie Hero». Sin este baile de teleportación, lo más seguro es que acabemos aburridos de explorar una sección de una fase/episodio que tenemos mil veces vista.
A eso añadir el silbato para llamar a Wrench en cualquier momento, que nos permitirá abandonar un episodio en el momento que queramos. A pesar de que, por ejemplo, en «The pirate’s curse» existiera la bengala pirata para salir de una isla sin tener que volver al puerto, no era tan imprescindible como sí lo son este baile y el silbato.

Aerolíneas Wrench
Para acabar, terminarse el juego supone desbloquear el modo héroe. Igual que «Risky’s Revenge» tiene el modo mágico en el que Shantae posee más magia pero menos defensa y «The pirate’s curse» nos permite desde el principio jugar con todos los objetos de Risky, «Half-Genie Hero» nos permite jugar en el modo héroe con varias transformaciones desde el principio. Esto es ideal sobre todo si eres de los que buscan acabarse el juego lo más rápido posible.
Y en el futuro ya se nos deja abierta la opción de jugar con Risky (en el crowdfunding se consiguió financiar esta meta). También se consiguió financiar episodios especiales para Bolo, Sky y Rottytops, pero de sus aventuras aún no tenemos ni un adelanto.

Buena parte de las capturas que habéis visto vienen de la partida en modo héroe, unas pocas de la normal… ninguna de la de Risky porque aún no está disponible. =_=
La sensación final que me ha dejado el juego ha sido bastante buena. Admito, eso sí, que «The pirate’s curse» me pareció en general una experiencia más divertida y desafiante, y que la sensación de libertad de este supera con creces la naturaleza episódica del actual. De hecho, «The pirate’s curse» es mi juego favorito de la saga, siendo «Half-Genie Hero» el segundo. Y es que aun con su exploración algo más limitada, no se convierte en una oportunidad perdida de usar transformaciones como los dos primeros juegos, y fomenta más la caza de secretos (pese a, y me repito más que el ajo, tener más límites en la exploración por dividirse en episodios).
Como forma de hacer llegar la franquicia a nuevos jugadores me parece un juego estupendo. Porque me gustaría ver cómo seguirá la saga y qué nuevas aventuras esperan a Shantae y compañía.
Aunque a veces solo nos queda soñar… o que una medio-genio salve el día bailando a través del peligro.
Créditos
- La imagen destacada y los pantallazos de los juegos previos a «Half-Genie Hero» vienen de la página del Kickstarter. Por vago, más que nada.
- «Dance through the danger» está publicado oficialmente en el canal de YouTube de Cristina Vee.
- La imagen de la BSO de «Half-Genie Hero» que adorna el tocho sobre el juego en sí viene con la banda sonora digital (es lo que tiene haber aportado lo suficiente al crowdfunding).
- Las capturas de pantalla de «Half-Genie Hero» ya sí son cosa mía.
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